Fue mi segunda adquisición de loris. La hembra, criada a mano, estaba realmente muy “impromtada”, con lo cual realmente era poca la esperanza de reproducirlos con éxito. Me salió la oportunidad de cederlos a una familia, para tenerlos en un volador grande en el jardín, solamente con fines ornamentales, y no me lo pensé dos veces.