Hace unos días encontramos atropellada delante de casa a «Pinki». La gata común que teníamos desde hacia unos 6 años. Realmente todos en casa la hemos encontrado a faltar. Yo en especial. Al levantarme temprano por las mañanas, mientras en casa todos duermen aun, cada día ella estaba conmigo, era la primera en darme los buenos días, y ronronear a mi lado mientras la acariciaba. Realmente estos días cada mañana la he echado en falta.

Mis hijas en especial su primera reacción fue la de que debíamos conseguir otro gato. Ya hace un par de años que tuvimos que sacrificar a «Gris» un macho de raza persa que llevaba mucho tiempo en casa. Con lo que ahora nos habíamos quedado sin ningún gato. Lo dicho, mis hijas no paraban de insistir en que debíamos conseguir rápido otro gato. Yo creo que cada mascota es especial, y «Pinki» para mi lo era mucho, con lo que a priori era un poco reacio con estas ansias de sustituirla tan rápidamente. Pero como siempre pasa en estas ocasiones, se dio la casualidad de que un amigo de Wendy, mi hija mayor, tenia unos gatitos preciosos que estaban buscando quien los adoptara. Con lo que en un par de días tuvimos ya a la nueva gatita en casa. Una tricolor, indicativo seguro por genética que se trata de una hembra.

Aquí os dejo un par de fotos. Como todos los gatos a esa edad, no para de jugar por toda la casa. Tardamos unos días en encontrar un nombre para ella, finalmente un amigo de Wendy propuso el nombre de «Vodka», y con él se quedó.