Dispongo de una pareja, con la mala costumbre de romper los huevos. Este año logre salvar 4 huevos que puse debajo de carolinas, nacieron y las alimentaban sin problema, pero al parecer no pudieron digerir la comida “poco reblandecida” que les daban. Una de ellas la saque para criar a mano, pero con fatídico resultado, ya que se me murió a los 15 días.
La primera vez que vi esta especie fue en un pajarería de Lisboa. Por desgracia el pobre animal estaba sobre una percha atado por una pata, que lamentable. Aun y así, sus colores, tan definidamente marcados me atrajeron. Es precioso ver la “gallardía” como camina el macho por encima de la percha cuando esta en celo, y te acercas demasiado a su territorio. Por referencias, se ve que los ejemplares criados a mano, o obtenidos muy jóvenes resultan unas mascotas encantadoras.