Hoy es un día triste, ha fallecido mi padre, con 76 años, de repente, sin avisar. Wendy, mi hija mayor le ha hecho el siguiente escrito :

Para mi abuelo Ángel

Para la gente que no es de Cornellá, mi abuelo era ese hombre alto y grande con los cabellos blancos que siempre iba en bicicleta. Para la gente de Cornellá de toda la vida, era el amigo con quien compartían la partida de cartas, el que les explicaba cada cosa que pasaba por el pueblo, el que les vendía las lechugas y las escarolas frescas, el hombre aquel que siempre tenia alguna cosa que contar, que en verano el viento se le llevaba la camisa y en invierno llevaba los guantes siempre puestos.

Para nosotros sus nietos, era el abuelo que siempre te decía alguna que otra cosa, que a menudo te hacia rabiar, que te daba consejos, que te enseñaba como tostar cacahuetes en el fuego, que siempre te dejaba tocar los conejillos acabados de nacer, el que siempre iba poniendo troncos en el hogar para que no se apagase, el que de buena mañana te decía cuantos grados marcaba el termómetro de la calle, el que cada mañana repartía la fruta a los loros, que siempre echaba una mano para limpiar la granja, siempre lo hemos visto trasteando por el huerto y cuidando muchisimo a la abuela, un abuelo de los que no paran quietos, siempre tenia cosas por hacer.

En su bicicleta tanto podía llevar una carretilla a cuestas, como 10.000 paquetes todos encima de la bicicleta.

Una amiga me dijo que la vida es como una grafica, que a veces sube y a veces baja, a veces hay épocas de lluvia en que todo es bonito, y épocas de sequía , porque la vida es una rueda que no para nunca de dar vueltas. Ahora es época de sequía, las cosas no van como tendrían que haber ido, pero es que la muerte de un ser querido no se escoge, tu abuelo se ha ido pero siempre estará con vosotros.

Mis padres des de bien chica me han enseñado que cada persona querida que se muere es una estrella mas en el cielo, hoy por la noche te hemos buscado y te hemos encontrado.

Sabes, cuando sintamos olor a humo de hojas quemadas, cuando sintamos olor a tierra mojada, también te recordaremos.

Se hace difícil imaginar al abuelo sin su bicicleta, y también se hace difícil imaginar la vida sin el abuelo. Abuelo allá donde estés, debes saber que siempre estarás dentro de nuestro corazón.

Wendy Clemente Muñoz