Ayer después de dejar a Wendy, mi hija mayor, en casa de un amigo, me cruzó por delante del coche un erizo. Estaba justo en medio de una zona habitada, con muchas calles y tránsito de coches, con lo que decidí cogerlo para llevarlo a una zona menos peligrosa para él.
Al llegar a casa Aina y Mireia estuvieron muy contentas de ver al erizo, muy simpático y poco miedoso. Nos percatamos de que llevaba varias garrapatas en la espalda, ya totalmente llenas de sangre del pobre animal, y con cuidado se las quitamos. Lo dejamos pasar la noche en una habitación del sótano, donde le pusimos agua y comida para gatos. ´Hoy lo hemos liberado en una zona boscosa, lejos de carreteras peligrosas para él. No sin antes sacarle algunas fotos.